Fuimos al mercadillo, a ver si encontrábamos algo interesante, nos encontramos con unos boletus con tan buena pinta que nos decidimos a comprar tres.
Los hemos pasado por la plancha, después de cortarlos en trocitos, hasta que se pusieron doraditos.
Hemos cortado unas lonchitas de jamón, finitas con un filito de tocino para que den sabor.
Preparados los boletus, y pasados a una fuente, les pusimos encima un par de yemas de huevos colocando alrededor las lonchitas de jamón.
El resultado, además de vistoso, estaba fenomenal:
Estuvo bien.