Mi encuentro con el condensador

En el año 1974 estaba trabajando en una empresa de bienes de equipo que, en aquellos años, tenía una linea de negocio de componentes para las centrales eléctricas tanto térmicas como nucleares. Acababa de empezar mi contrato con ellos cuando tuve que hacer una revisión de los proyectos que teníamos con uno de sus subcontratista principales.

Estando haciendo la revisión, en las oficinas del subcontratista, recibimos una llamada informándonos que nuestro Cliente se encontraba  en el taller, que quería hacer una inspección al condensador, y dado que nos encontrábamos todos allí, proveedores y cliente, no llamaba para hacerla de forma conjunta.

He escrito condensador pero no se cuántos de los que estáis leyendo esta entrada al bloc os imagináis lo que puede ser el condensador al que me tuve que enfrentar. Pienso que dada la mayor información sobre los componentes eléctricos puede venir a vuestra mente, por ejemplo, el condensador de un tubo fluorescente, algo parecido pensé yo también, nunca había visto antes un condensador que deba ser construido en una empresa de bienes de equipo, así que con una cierta inquietud nos bajamos todos al taller de fabricación y montaje.

Casi me desmayo cuando veo el condensador, este componente tiene como función enfriar el líquido refrigerante de la central. Era una enorme caja de chapa de acero que debería tener unos 30 metros de larga, por 10 de ancha y por otro tanto de alta (las medidas son sólo ilustrativas, yo no recuerdo las reales, solo recuerdo que aquello era muy grande) Ahora podéis imaginaros lo que pasó por mi cuerpo y la probable cara que debería tener cuando me presentaron al inspector del cliente.

Bueno, todos tranquilo, afortunadamente mi paso por la fabricación de automóviles y camiones me había dejado un cierto poso por la medida y la chapa. Así que, después de las presentaciones formales, espacio de tiempo que me facilito el hacerme una idea de como enfrentarnos a la situación, nos enfrentamos al monstruo de chapa y tubos de acero.

De los planos obtuvimos las dimensiones principales para el cliente que fueron todas inspeccionadas para comprobar su cumplimiento, éstas fueron dadas como correctas. Un dato más, para que las medidas, todas hechas con cinta métrica, fueran seguras tuvimos que colocar al comienzo de la cinta un dinamómetro para que la cinta no se estirara durante la realización de la medida y hubiera precisión y repetición.

Este tipo de medición no lo he tenido que hacer nunca más pero, a pesar de la magnitud de las dimensiones a medir, si que quedó claro que la medida es una cosa delicada y a la que a veces hay que acompañar de imaginación e iniciativa.


Es ahora tu momento, quizás quieras darme tu opinión sobre el caso o sobre la conclusión, es muy posible que pienses algo complementario que pueda interesar a otros lectores.

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