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Cuando publiqué hace algún tiempo una galería de fotos relativas al mercado de la Paz de Madrid, se me quedó pendiente hacer una reseña sobre un pequeño restaurante del mercado. El no hacerlo tiene una causa, se nos había hecho un poco tarde por lo que, después de haber dado un paseo y haber hecho las fotos, ya publicadas, decidimos buscar algún sitio para comer. Habíamos pasado por delante de un pequeño restaurante italiano que fue el elegido. No tomé fotos porque había guardado la máquina en su bolsa y me dio pereza volver a sacarla, pensé ahora vamos a comer. Cuando nos trajeron los platos y empezamos a comer me empecé a arrepentir, pero le dije a mi mujer tenemos que volver, comer y hacer unas fotos de lo que nos pongan

Han transcurrido unas semanas, pero en la primera ocasión que se nos ha presentado hemos vuelto, a cumplir con lo que dijimos.

Cuando llegamos al restaurante, después de un paseo de cuarenta y cinco minutos, era la una y cuarenta y cinco, de las cuatro mesas que tiene el restaurante había una ocupada por los que nos dirigimos a una de las libres, conforme nos acercábamos a la mesa la encargada se nos adelantó preguntándonos si teníamos reserva, a lo que respondimos que no (no se nos había ocurrido que sería necesario), nos aclaró que tenían todo ocupado a partir de las 14 horas.

A esto exclamamos que vaya desencanto, que habíamos venido exclusivamente a probar la comida y hacer unas fotos. El restaurante además de las mesas tiene una pequeña barra en un lateral que da a la cocina y en la que también preparan sitio para tres o cuatro personas, la barra es estrecha y hay que sentarse en unos taburetes. Como no teníamos opción me dirigí a la barra para ocupar dos sitios de los que había libres.

Cuando estábamos sentándonos se nos acercó la encargada para decirnos que había hablado con el puesto de al lado, una vinoteca, que nos dejaba una de sus mesas para comer, siempre que tomáramos de sus vinos. La propuesta nos pareció perfecta, nos gusta probar nuevas comidas, nos atraía el comer en aquel restaurante, y, además, si la íbamos a poder acompañar de un buen vino, mucho mejor.

Bien, esta ha sido la introducción, quizás un poco larga. pero me ha parecido que merecía la pena contar por qué íbamos y cómo tuvimos una mesa.

Ahora viene lo importante, la encargada de la vinoteca se nos acercó para que eligiéramos una mesa de la tienen para probar sus vinos, la elegimos. La encargada del restaurante nos preparó la mesa y nos trajo unos pequeños aperitivos. De la vinoteca elegimos una botella de vino de Ribera de Duero, que nos recomendó la encargada, después de mi recomendación de que no fuera muy cara. Tengo que decir que me quedé sorprendido al oír los detalles que sobre el vino nos estaban dando.

La comida salió fenomenal, mi mujer pidió un plato de ñoquis con queso y nueces y yo, dejándome llevar por la encargada, comí espaguetis con tomates, chirlas y un toque de picante.

Para beber: el vino de Ribera, y de postre: un tiramisu. Para cerrar lo anterior me tomé un café solo, con un toque de grapa.

Todo lo anterior es muy agradable, el ambiente muy familiar, sencillo, limpio, la comida estupenda; yo que era la primera vez que probaba los espaguetis con almejas me parecieron fenomenales y el vino, recomendado por la encargada de la vinoteca, que resultó ser una sommelier, terminó siendo un estupendo compañero.

Pues si lo anterior  fue agradable, lo que mereció la pena,de forma muy importante, fue la atención con que nos atendieron tanto la encargada del restaurante la Cocin.ita como la de la vinoteca Tierra, fue un placer sentirse tratado con tanto cuidado. Nuestras felicitaciones para ellas. De esta forma da gusto visitar Madrid.

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See ?

A meal at the Artisan Pasta

When I published some time ago a photo gallery on the market  «La Paz» in Madrid, I was pending to do a review on a small market restaurant. Failure to do so has a cause, we had a bit late so, after having taken a walk and have done the pictures, already published, we decided to find somewhere to eat. We had seen a small Italian restaurant that was chosen. I did not take pictures, in that moment, because I had kept the my still camera in his bag and I was lazy remove it again, I thought now we eat. When they brought the dishes and started eating I started to regret it, but I told my wife, we ​​have to go back, eat and take some pictures.

They have a few weeks passed, but at the first opportunity that has been presented we have become, to comply with what we said.

When we got to the restaurant, after a walk of forty-five minutes, it was the one forty-five,of the four tables having the restaurant it had a table occupied we headed to one of the three free, as we approached the woman in charge asking if we had booked ahead to what we said no (not occurred to us that it would be necessary), she informed us they had all booked.

This will exclaim that disappointment, we had come only to taste the food and take some pictures. The restaurant also has a small bar, on the side that faces the kitchen, and also prepare the site for three or four people, the bar is narrow and you have to sit on stools. As we had no option I went to the bar to occupy two sites that were free.

When we were sitting down we approached the manager to tell us that she had spoken to the lady in charge of the next shop, a wine cellar which left us one of their tables to eat whenever we took of their wines. The proposal looked perfect, we like to try new foods, we attracted eating at the restaurant, and also whether we would be able to accompany a good wine, the better.

Well, this has been the introduction, perhaps a little long. but it seemed to me it was worth telling why we were going and how we had a table.

Now comes the important thing, the lady in charge of the wine cellar we came to we chose a table of have to try their wines, we chose. The in charge  of the restaurant table set us up and brought us some small snacks. From the wine we chose a bottle of wine from «Ribera de Duero» which recommended the in charge, after my recommendation that was not very expensive. I have to say I was surprised to hear the details about the wine we were giving.

The food came out great, my wife ordered a plate of gnocchi with cheese and walnuts and me, leaving me by the manager,I ate spaghetti with tomatoes, clams and a touch of hot spice.

To drink: wine from Ribera, and for dessert: tiramisu. To close the above I took a black coffee with a touch of grappa.

All this is very nice, very familiar, simple, clean atmosphere, great food; I was the first time I tried the spaghetti with clams I found them phenomenal and the wine, recommended by the in charge of the wine, which proved to be a sommelier, ended up being a great teammate.

As if that was nice, it was worth it, very importantly, was the attention with which we dealt with both in charge of the restaurant Cocin.ita like the wine cellar Tierra, it was a pleasure to feel treated with such care. Congratulations to them. Thus a pleasure to visit Madrid.

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